WNBA en crisis: ¿El éxito tiene un precio demasiado alto?
La WNBA está viviendo un momento de auge gracias a la llegada de nuevas estrellas como Angel Reese, Cameron Brink y Paige Bueckers. Sin embargo, este crecimiento se ve empañado por un alarmante aumento en las lesiones. La última víctima es la superestrella Caitlin Clark, quien anunció su baja por el resto de la temporada debido a una lesión en la ingle.
Clark se suma a una larga lista de jugadoras lesionadas, elevando el número total a 16 en toda la liga. Esta situación ha generado preocupación entre comentaristas deportivos como Jordan Robinson, quien señala las deficiencias de la WNBA como posibles causas: plantillas cortas, calendarios apretados y bajos salarios que obligan a las atletas a jugar durante todo el año, sin priorizar el descanso y la recuperación.
"Las lesiones ocurren por diferentes razones", explica Robinson, "pero que Caitlin Clark solo haya jugado 13 partidos esta temporada debido a una lesión es una desafortunada realidad de lo que podría pasar si este ritmo salvaje de la temporada de la WNBA continúa".
La popularidad de la liga ha traído beneficios, como partidos en arenas más grandes y la expansión a nuevas ciudades. Sin embargo, este aumento en la audiencia depende de que estrellas como Clark ofrezcan un buen espectáculo, algo que no pueden hacer desde el banquillo. La ausencia de Clark en partidos anteriores ya ha provocado una caída en los ratings de televisión y en el interés por las apuestas.
Récord de asistencia empañado por las lesiones
A pesar de las lesiones, la WNBA logró superar los 3 millones de espectadores en la temporada regular, superando el récord de 2.36 millones establecido en 2002. Este logro se debe en parte a la temporada más larga en la historia de la liga, con 44 partidos por equipo. Sin embargo, el promedio de asistencia (10,954 espectadores) también es el más alto de la historia, superando el récord anterior de 10,868 establecido en 1998.
Los Indiana Fever, impulsados por la popularidad de Caitlin Clark, lideraron la liga en asistencia total, atrayendo a casi 700,000 fanáticos en partidos de local y visitante. Sin embargo, la lesión de Clark limitó su participación a solo 13 partidos, lo que plantea interrogantes sobre el futuro de la liga si no se abordan los problemas relacionados con las lesiones.
La WNBA se enfrenta a un desafío crucial: encontrar un equilibrio entre el crecimiento y el bienestar de sus jugadoras. De lo contrario, el éxito actual podría verse comprometido por la creciente ola de lesiones.