Bolsonaro al borde de la cárcel: ¿Golpe de Estado o persecución política?

El Supremo Tribunal Federal de Brasil ha formado mayoría para condenar al expresidente Jair Bolsonaro por el intento de golpe de Estado de 2022. La jueza Carmen Lúcia emitió el voto decisivo, sumándose a la postura de los magistrados Alexandre de Moraes y Flávio Dino. Sin embargo, el juez Luiz Fux votó por la absolución, argumentando que no hubo un gobierno depuesto y, por lo tanto, no puede hablarse de golpe de Estado. La decisión final queda ahora en manos del juez Cristiano Zanin.

¿Un juicio justo?

La condena de Bolsonaro ha generado un intenso debate en Brasil. Sus seguidores denuncian una persecución política y señalan irregularidades en el proceso judicial. Argumentan que no existen pruebas contundentes que demuestren la participación directa de Bolsonaro en el intento de golpe y que se está violando el principio de presunción de inocencia.

La defensa de Bolsonaro

La defensa del expresidente ha presentado varios recursos para intentar anular el proceso, alegando falta de jurisdicción del Tribunal Supremo y violación del derecho a la defensa. Sin embargo, la mayoría de los jueces han rechazado estos argumentos.

¿Qué sigue?

Si el juez Zanin se suma a la mayoría, Bolsonaro no podrá apelar la decisión y podría enfrentar una pena de hasta 40 años de prisión. El exmandatario ya se encuentra bajo arresto domiciliario y ha alegado problemas de salud para no participar en las audiencias.

Este caso ha generado una profunda división en la sociedad brasileña y plantea interrogantes sobre la independencia judicial y el respeto a las garantías constitucionales. Algunos sectores advierten sobre el riesgo de que la judicialización de la política se convierta en una herramienta para perseguir a opositores.

Un contexto de polarización

La condena de Bolsonaro se produce en un contexto de fuerte polarización política en Brasil. El país aún se encuentra dividido tras las elecciones de 2022, en las que Lula da Silva derrotó al entonces presidente. La decisión del Supremo Tribunal Federal podría exacerbar aún más las tensiones y generar nuevas protestas y movilizaciones.

Compartir artículo