El caso de la familia Gil-Gallego, desaparecida en Entre Ríos en 2002, resurge con una esperanza inusual: el uso de imágenes satelitales de la NASA. Tras más de dos décadas de incertidumbre, la querella ha solicitado acceso a imágenes de la época para intentar identificar movimientos de tierra sospechosos en la estancia donde la familia residía.
Una Búsqueda Desesperada por la Verdad
El abogado Marcos Rodríguez Allende, representante de la familia, ha manifestado la urgencia de brindar respuestas. “Después de 23 años, tenemos el compromiso de poder hacer algo y darle una respuesta a una madre que espera saber qué pasó con su hija, su yerno y sus cuatro nietos”, declaró.
La desaparición de Rubén José Gill, su esposa Norma Margarita Gallego y sus cuatro hijos, cuyas edades oscilaban entre los 3 y los 12 años, conmocionó a la provincia. Fueron vistos por última vez en un velorio en Viale, antes de regresar a su hogar en Crucecitas Séptima. Desde entonces, el caso ha estado plagado de interrogantes y pistas falsas.
Irregularidades en la Investigación Inicial
La investigación inicial estuvo marcada por serias irregularidades. La querella critica la demora en el allanamiento del campo y la falta de diligencia en la búsqueda de pruebas. Se sostiene que, de haberse investigado desde el principio como una desaparición forzada o un homicidio, el curso de la investigación podría haber sido diferente.
La Esperanza en la Tecnología Satelital
La solicitud a la NASA representa un intento audaz de utilizar la tecnología para desentrañar el misterio. La esperanza es que las imágenes satelitales revelen alteraciones en el terreno que puedan indicar dónde fueron enterrados los cuerpos de la familia. Este proceso requiere la intervención de Cancillería, el Ministerio de Justicia y autoridades estadounidenses, dada la complejidad de acceder a este tipo de información.
- Búsqueda de movimientos de tierra inusuales.
- Análisis de imágenes satelitales de alta resolución.
- Colaboración internacional para acceder a la información.
La sociedad entrerriana y argentina sigue de cerca este caso, esperando que la tecnología pueda finalmente brindar respuestas y permitir que la familia Gil-Gallego encuentre paz.