La interna peronista en la provincia de Buenos Aires vuelve a encenderse, con Máximo Kirchner tomando distancia de su reelección en el PJ bonaerense y buscando, aparentemente, enfriar la relación con el gobernador Axel Kicillof. Sin embargo, sus declaraciones sugieren lo contrario, complicando la convivencia dentro del espacio.
"No monto campañas internas en contra de nadie", declaró Kirchner, intentando minimizar las tensiones. No obstante, aprovechó para cuestionar a Kicillof por su falta de apoyo explícito a Cristina Fernández de Kirchner cuando ésta se postuló para presidir el PJ nacional. "Si vos me ponías a mí (a decidir entre) Axel o Quintela, para mí era Axel... No hubiera dudado un segundo", sentenció, dejando entrever un cierto resentimiento.
Analistas políticos observan que Kicillof busca consolidar su liderazgo a nivel nacional, diferenciándose de Cristina y construyendo un proyecto propio con miras a 2027. Esta estrategia, aunque comprensible, genera fricciones con La Cámpora y con aquellos sectores del peronismo que aún responden incondicionalmente a la ex presidenta.
Máximo Kirchner, por su parte, no descarta una interna partidaria en febrero, poniendo en juego su liderazgo al frente del PJ bonaerense. Esta movida podría interpretarse como una forma de presionar a Kicillof y reafirmar el poderío del kirchnerismo en la provincia.
El desafío para Kicillof es navegar estas aguas turbulentas, manteniendo la gobernabilidad en la provincia y, al mismo tiempo, construyendo su propia identidad política. La interna peronista, lejos de amainar, parece recrudecer, complicando aún más el panorama político bonaerense.
La situación se complejiza aún más considerando el reciente escándalo de corrupción en la ANDIS, donde se investiga un esquema de sobornos vinculado a la compra de medicamentos para personas con discapacidad. Si bien no hay imputaciones formales, la cercanía de Javier y Karina Milei a Diego Spagnuolo, exdirector de la ANDIS, genera interrogantes y alimenta la incertidumbre política.
¿Qué significa esto para el futuro del peronismo en Buenos Aires?
La respuesta es incierta. La interna entre Kirchner y Kicillof podría fortalecer al peronismo, obligándolo a debatir ideas y proyectos, o bien, podría debilitarlo, fragmentándolo aún más. El tiempo dirá quién se impone en esta pulseada política.
¿Está Kicillof construyendo un liderazgo propio o sigue siendo un delfín de Cristina?
Esta es la pregunta clave. Kicillof ha demostrado tener autonomía y ambición política, pero su margen de maniobra está limitado por la presencia de La Cámpora y la influencia de Cristina Kirchner. Su éxito dependerá de su capacidad para equilibrar estas fuerzas y construir un proyecto político que trascienda la provincia de Buenos Aires.