La creciente tensión entre Estados Unidos y China ha escalado a una disputa tecnológica con los microchips como arma principal. Ambos países invierten fuertemente, imponen restricciones y buscan dominar la industria global de semiconductores.
La Lucha por la Supremacía en Microchips
Empresas de microprocesadores se ven atrapadas en este conflicto, sufriendo las consecuencias de una rivalidad cada vez más intensa. El desarrollo del XRing O1 por parte de Xiaomi, un SoC premium para móviles, representa un esfuerzo por competir con gigantes como Qualcomm y Apple, y una declaración de independencia tecnológica.
El Rol Crucial del Software EDA
Estados Unidos utiliza el software EDA (Electronic Design Automation) como herramienta estratégica para frenar el avance tecnológico chino. Al restringir la exportación de este software, Washington apunta al corazón del ecosistema tecnológico de China, dificultando la creación de chips avanzados por empresas como Huawei, SMIC y DeepSeek.
El EDA es esencial para diseñar microprocesadores complejos. Empresas estadounidenses como Synopsys, Cadence y Mentor dominan este sector, convirtiéndose en piezas clave en la estrategia geopolítica de EE.UU.
Malasia en la Mira de EEUU
Estados Unidos sospecha que empresas chinas de IA adquieren GPUs avanzadas de NVIDIA a través de intermediarios en Singapur y Malasia. Singapur confirmó el desvío de servidores con GPUs de alto rendimiento hacia China, involucrando a empresas estadounidenses como Dell Technologies y Super Micro Computer.
Investigación en Malasia sobre el Uso de Chips de Nvidia
El Ministerio de Comercio de Malasia investiga informes de que una empresa china está utilizando servidores con chips de IA de Nvidia para entrenar modelos de lenguaje. Esto surge tras restricciones impuestas por la administración Biden a la exportación de chips avanzados de IA, donde Malasia quedó sujeta a limitaciones en la cantidad de chips que podía recibir.
La situación pone de manifiesto la complejidad de la cadena de suministro global de semiconductores y los esfuerzos de Estados Unidos por controlar el acceso de China a tecnologías clave.