El famoso Tren a las Nubes vivió una jornada histórica e inolvidable. La salida número 65 del recorrido se vio sorprendida por una intensa nevada que transformó el paisaje andino y dejó a los 339 pasajeros maravillados. Este fenómeno climático, inusual en la región en los últimos diez años, convirtió el viaje en una experiencia única.
Un paisaje de ensueño a 4200 metros de altura
La nieve, acompañada de fuertes ráfagas de viento, cubrió de blanco el altiplano salteño. El icónico Viaducto La Polvorilla se convirtió en el escenario perfecto para apreciar la magnitud del fenómeno. Los pasajeros, desafiando las bajas temperaturas, no dudaron en capturar el momento con sus cámaras y celulares.
"Fue como estar en una película", comentó Clara, una turista de Buenos Aires que viajó con su familia. "Nunca imaginé vivir algo así. Ver el tren avanzar en medio de la nieve, con ese paisaje único, fue mágico. No lo vamos a olvidar nunca".
Más que un viaje, una experiencia
El Tren a las Nubes ofrece, en condiciones normales, un entorno de asombro y quietud, además de colores en contraste y la experiencia de un icono nacional único donde la magia alcanza los 4.220 msnm en la región de la puna salteña. Pero esta vez, la naturaleza agregó un toque especial, convirtiendo el viaje en una aventura aún más memorable.
- Paisajes andinos cubiertos de nieve.
- El imponente Viaducto La Polvorilla bajo un manto blanco.
- La emoción y el asombro de los pasajeros.
Además, la nieve llegó a la capital salteña. En los barrios de la zona norte, y también la zona aledaña al cerro San Bernardo se pudo apreciar la caída de copos de nieve con intensidad.
El meteorólogo Edgardo Escobar confirmó que se trataba de la presencia de "aguanieve" lo que se puede observar, tal como anticipaba el pronóstico.
Este fenómeno climático no solo embelleció el paisaje, sino que también generó un impacto positivo en el turismo local, atrayendo la atención de viajeros de todo el mundo.