La capital de Estados Unidos se encuentra en una situación sin precedentes. El presidente Donald Trump ha federalizado la policía en Washington D.C. y ha desplegado la Guardia Nacional, generando controversia y poniendo a prueba el liderazgo de la alcaldesa Muriel Bowser.
El Control Federal de la Policía: Un Poder Excepcional
La peculiar situación de Washington D.C. como sede del gobierno federal otorga al presidente un control directo que no existe en otros estados. Una disposición de la Ley de Autonomía de 1973 permite al presidente tomar el control del departamento de policía durante una emergencia. Trump es el primero en ejercer este poder.
¿Puede Trump Hacer Esto en Otras Ciudades?
Según expertos legales, la respuesta es no. El estatus único de D.C. como ciudad federal, y no como parte de un estado, le da al gobierno federal una potestad de gestión directa que no puede replicarse en otros lugares. Si bien Trump amenazó con extender su control a otras ciudades para combatir el crimen y la falta de vivienda, esto no es posible legalmente.
La Guardia Nacional y la Ley Posse Comitatus
Trump también tiene autoridad especial para desplegar la Guardia Nacional en D.C., a diferencia de los gobernadores que suelen supervisar las movilizaciones en sus estados. Sin embargo, la Ley Posse Comitatus de 1878 impide que el ejército participe directamente en la aplicación de la ley. Esta ley es la que motiva la batalla legal de California contra el despliegue de tropas en Los Ángeles para tareas de control migratorio.
La Reacción de la Alcaldesa Bowser
La alcaldesa Bowser ha calificado la acción ejecutiva de Trump como "inquietante y sin precedentes", criticando la falta de autonomía total de la ciudad. Aunque inicialmente sugirió que la intervención federal podría ser beneficiosa, posteriormente adoptó un tono más firme, instando a la comunidad a "proteger nuestra ciudad y nuestra autonomía".
Implicaciones y Futuro
La situación en Washington D.C. plantea interrogantes sobre el alcance del poder federal y la autonomía de los gobiernos locales. La decisión de Trump sienta un precedente que podría tener implicaciones a largo plazo en la relación entre la Casa Blanca y la capital del país.