Duke Energy está considerando la posibilidad de vender su planta de carbón Cayuga en Indiana, en lugar de cerrarla como se había planeado originalmente. Esta decisión surge en medio de debates sobre el futuro de las fuentes de energía y la transición hacia opciones más limpias.
¿Qué está pasando con la planta Cayuga?
La empresa llegó a un acuerdo con una asociación comercial del carbón para estudiar la viabilidad de vender la planta. Sin embargo, esta venta está sujeta a la aprobación del estado de Indiana. Inicialmente, Duke Energy planeaba cerrar la planta de carbón, que ya es antigua, ubicada en el condado de Vermillion, y construir una nueva planta de gas natural con una inversión de $3 mil millones de dólares para atender a sus clientes.
El contexto político y energético
Tanto el expresidente Donald Trump como el gobernador Mike Braun han emitido órdenes ejecutivas que apoyan la extensión de la vida útil de las plantas de carbón en Indiana, lo que podría disminuir los costos operativos de Cayuga. En el acuerdo con Reliable Energy Inc., Duke Energy contratará a una firma de ingeniería para estudiar la viabilidad de construir la nueva planta de gas mientras mantiene en funcionamiento la planta de carbón de Cayuga. Esta situación está condicionada a la aprobación estatal de la planta de gas y del acuerdo.
- Costos para los consumidores: El grupo Citizens Action Coalition ha manifestado su preocupación sobre lo que la venta de Cayuga podría significar para los clientes de Duke Energy.
- Limpieza de cenizas de carbón: Existe preocupación sobre la limpieza de las cenizas de carbón en la planta.
- Emisiones de gases de efecto invernadero: Se teme el impacto de operar tanto la planta de carbón como la de gas al mismo tiempo.
No sería la primera vez que se vende una planta de carbón en los últimos años. En 2022, la filial de carbón Hallador Energy compró la planta de carbón Merom a Hoosier Energy. Morgan Stanley ajustó su precio objetivo para Duke Energy de $125 a $124, manteniendo una calificación de peso igual.
Este posible cambio de estrategia por parte de Duke Energy plantea preguntas importantes sobre el futuro de la energía en Indiana y el equilibrio entre las fuentes tradicionales y las nuevas tecnologías.